Fui a visitar a mi nieto Rubén que está en Finlandia con una beca de estudios Erasmus. Qué maravilla tener estas posibilidades. Recuerdo que cuando yo estudiaba no existía nada como intercambios o becas para ir al extranjero. Por esa época, cuando yo era joven, las palabras "relaciones internacionales" no existían en el diccionario de la Real Academia. Cómo cambian las cosas con el tiempo.
Mi nieto se lo está pasando en grande. Estudia poco y vive mucho. Y muy bien que me parece para su edad. Cuando mi hijo estudiaba, fuese en el colegio o la universidad, yo siempre le decía que se esforzase para llegar a ser alguien en la vida. Pero nunca le dije la verdad: yo fui un vago y un zascandil. Hice lo mínimo pero la vida me sonrió. Qué bonito es saber vivir.
Mi viaje a Helsinki me entusiasmó. Desde que perdí a Mari Carmen he estado buscando un cambio en mi vida que me aporte aire fresco. Escandinavia me ha fascinado. Y no será "aire fresco" lo que me falte. Llamé a mi amigo Pedro que trabajó en una gran empresa para que me pusiera en contacto con un amigo suyo jovencete y finés (el mismo al que mi nieto le pidió consejo antes de ir, el muy bribón preguntó sólo por bares!). Este muchacho trabajó en el sector inmobiliario y conocer a gente. Me voy a comprar una casita en una zona tranquila de la ciudad. Mi hijo me ha dicho que no puedo hacerlo, que va a ser un sinvivir para él. El frío del invierno, la lengua. Dice que estoy muy mayor. Qué poca fé tiene en su padre el muy canalla. Yo me siento como un chaval.
Me he propuesto vivir ahora mi experiencia internacional y lo voy a cumplir. No pude hacerlo de joven pero los sueños no saben de edades.
keskiviikko 21. toukokuuta 2008
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